Deriva n1 (2023)
Acción callejera
Madrid
El 11 de julio de 2023 realizo la primera deriva por la ciudad de Madrid. La palabra elegida es RODAR, extraída de un poema de Amaia Contel escrito para la ocasión. La secuencia numérica contenida en la palabra es: 19-16-4-1-19. Acordamos por azar que las letras consonantes corresponden a la derecha y las vocales a la izquierda. Ayudados por el tablero, comenzamos a caminar por el barrio de Tetuán a las 21.41h. Las notas incluidas a continuación dejan un rastro narrativo de la acción, mientras que el texto final supone un registro desde el plano profundo del juego.
R 19 – Después de cruzar una parte de Tetuán por las calles viejas que forman el barrio giramos a la derecha por la calle Mariano Fernández. A la altura de la calle 16 surge el nombre de María de Zayas. Pienso en que sería muy práctico hacerme con un contador de mano y así poder abandonarme de forma más holgada a todo lo que se abre.
O 16 – Habiendo dejado atrás la parte vieja enfilamos una avenida mucho más moderna que nos mete de lleno en la Dehesa de la Villa. Cenamos kebab en un banco entre la calle 10 y 11. Entramos al parque ya de noche y tomamos el desvío a la izquierda correspondiente. Acordamos que en un contexto-parque los caminos evidentes computan como desvíos.
D 4 – Una papelera cilíndrica verde nos marca un nuevo desvío a la derecha. Penetramos la oscuridad y nos vamos topando con gente que toma el fresco sobre la yerba después de un día infernal en la ciudad. Hablamos sobre garrapatas, lipomas y Enciso. Situados a cierta altura, la negrura periurbana se abre frente a nosotros como un mar de pequeñas luces cruzado por una autovía; hay cierta excitación por si la deriva nos desemboca hacia allí.
A 1 – Contrariamente a lo que pueda parecer el primer desvío no es nada evidente. Entramos a un par de ensanches sin salida lo que nos hace regresar sobre nuestros pasos y continuar por un sendero curvo hasta que damos con el correcto. Estamos en uno de los límites del parque y una avenida residencial nos conduce al barrio de Saconia.
R 19 – Rodeamos el barrio debatiendo si los pasajes entre bloques deben contar o no como desvío. Establecemos que así sea y llegamos al decimonoveno, el cual corresponde a la Calle Dr. Ramón de Castroviejo. Nos hemos quedado a una salida de la M30 y habríamos tenido que deambular por el arcén. En la esquina del desvió leemos a modo de rito espontáneo el anuncio de un cuidador de perros pegado en una farola. Bastante contentos y algo cansados llegamos a un destino no elegido. Escribo un breve texto a modo de registro y hago algunas fotografías.
Compramos kombucha y otra bebida energética en un gran supermercado que nos sale al paso a deshoras. No me cabe más cerveza. Al borde de la M-30 se abre un parque en penumbra en el que buscamos un banco para hidratarnos. Cae la noche sofocante en Madrid. Chavales sin camiseta pasan cerca nuestro montados en patinetes. Hacen bromas de drogas y dicen “hermano” constantemente. Nos miran de vez en cuando, aunque sin mucha sospecha. Somos un elemento exógeno e inerme dentro de su zona. Podríamos echarnos a dormir, tocarnos las pollas o estar haciendo poemas con un lápiz, sin embargo, disertamos sobre el método empleado por cada uno en la búsqueda de trabajo en estos días inciertos. Las cucarachas brillan sobre la arena bajo la luz de una farola, rodean una alcantarilla con toda la seguridad de quien entra o sale de casa como si nada.